El ahorrador voluble disfruta del presente. El celebrado y perseguido tópico del carpe diem —literalmente aprovecha el día— encaja a la perfección con este perfil: vive el momento sin pensar en exceso en el futuro. Y así también administra su capital. Su forma de ahorrar, en consecuencia, es irregular y poco constante. Solo se lo toma en serio, comenta Laura Núñez-Letamendia, profesora de Finanzas de IE University y directora del Observatorio del Ahorro Familiar, cuando le apremia la necesidad ante algún imprevisto. “Pese al descontrol, si se encuentra en un aprieto, es capaz de reservar cierto dinero”, señala.
Este tipo de ahorrador tiende a consumir guiado por sus emociones, señala Paco Lorente, experto en conducta de consumidor y profesor en ESIC Business School. “Tiene un punto irracional”, detalla. Cada vez que va a comprar al supermercado, por ejemplo, continua Lorente, no lleva un listado con todo lo que necesita para la semana. Él lo visita cada día y se lleva lo que intuye que va a serle útil. “Se decide en un momento muy cercano al consumo, no dedica tiempo a comparar y reflexionar”, destaca. Es proclive a pensar en el corto plazo y a solucionar necesidades inmediatas. Como resultado, gasta de manera compulsiva y no planificada, lo que le lleva a estar continuamente ajustando su economía. Por eso, a veces ahorra y otras no.
El ahorrador voluble ¿Quién es?
- Conforma el grupo con mayor proporción de hombres.
- El 43%de los miembros de este grupo no tiene ninguna intención de invertir sus ahorros
64% hombres
36% mujeres
41% ocupa un puesto de empleado
30% tiene titulación superior
El 43% obtiene ingresos superiores a 27.000 euros
El 54% tiene menos de 25.000 euros ahorrados
El 53% tiene menos de 25.000 euros ahorrados
El perfil del ahorrador voluble se localiza con más facilidad en el tramo de 40 y 50 años y, sobre todo, en hombres, de acuerdo con el informe De ahorrador a inversor, elaborado por la consultora The Cocktail Analysis en 2022. Se trata, principalmente, de personas pertenecientes a la generación X, nacidos entre 1965 y 1980. Muchos de los miembros de este grupo ya han realizado algunas de las grandes inversiones que van aparejadas a la edad adulta, como la contratación de una hipoteca, y han alcanzado cierta estabilidad económica.
En este segmento —más que en las generaciones anteriores— se dan las parejas que no tienen hijos. Un colectivo que se conoce en inglés, explica Lorente, como dinkies (contracción de las palabras en inglés double-income, no kids, que se traduce como ingresos dobles y sin niños). Este tipo de parejas no debe hacer frente a los gastos que conlleva formar una familia tradicional, por lo que pueden relajar un poco más su planificación.
El ahorrador voluble
El que no quiere distraerse con las finanzas
Entre los más jóvenes también está muy presente esta forma de actuar, precisamente, porque están en un momento en el que aún no han desarrollado una educación financiera sólida. Además, es habitual que no dispongan de ingresos estables. Núñez-Letamendia destaca que, pese a la vinculación con la personalidad, cambiamos nuestra forma de ahorrar a lo largo de la vida, pues no siempre tenemos las mismas necesidades, ni nos encontramos ante los mismos desafíos. Y, mucho menos disponemos de los mismos ingresos.
La inversión como fórmula para hacer crecer sus ahorros
El ahorrador de tendencia voluble puede hacer crecer sus ahorros a través de la inversión. Su carácter inconstante, sin embargo, supone una barrera a la hora de lanzarse a ello. El 43% de los individuos de este grupo no tiene ninguna intención de invertir sus ahorros. Al igual que le cuesta planificar, no sabe muy bien cómo iniciarse en la inversión. Le falta, indica, Lorente, educación financiera.
Un tercio de los que se identifican con este perfil prefiere mantener en depósitos los ahorros que ha juntado para tener un colchón y al 20% le da miedo perder su dinero, de acuerdo con el informe. En su imaginario, destaca el informe citado, lo vincula con altas comisiones o que se trata de una actividad a la que solo pueden acceder las clases altas.
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Cómo puede el ahorrador voluble iniciarse en la inversión
Cuanto este tipo de personas piensan en inversión, mencionan los depósitos a plazo fijo, el producto más común en la oferta de las entidades bancarias, de acuerdo con el informe citado. En este vehículo de inversión el titular entrega una cantidad a la entidad durante un plazo determinado a cambio de una remuneración a un tipo de interés fijo previamente determinado. El titular conoce de antemano la rentabilidad que va a obtener, por lo que no hay sobresaltos, pero es mucho menor que la de otros productos que entrañan más riesgo.
Los fondos de inversión también están en el imaginario del voluble. Este tipo de producto de inversión, destacan los expertos, se adapta bien a las necesidades de este perfil. Un fondo de inversión permite destinar el capital de las aportaciones de sus partícipes en diferentes activos que pueden ir desde pagarés, letras del tesoro, bonos del gobierno o emitidos por empresas hasta acciones , explica Antonio Saiz, director de Oferta de Ahorro e Inversión de Banco Sabadell. “Los fondos tienen la ventaja de estar gestionados por expertos que invierten el dinero en las mejores oportunidades que ofrecen los mercados según los límites recogidos en cada fondo”, explica.
Los fondos cuentan con diferentes alternativas de inversión diferenciadas entre otros aspectos, por el riesgo que entrañan: los hay más conservadores –de renta fija, como los que invierte en deuda pública-, o que implican un riesgo más alto –de renta variable, que invierten en acciones de compañías cotizadas-. También los hay mixtos, que invierten una parte en renta fija y otra en renta variable, denominados multiactivos. “Los fondos de inversión están supervisados, además, cada día, el cliente conocerá cuánto vale su inversión y podrá retirar el capital cuando lo decida”, remarca este experto. No obstante, es fundamental respetar los horizontes temporales recomendados teniendo en cuenta que cuanto más tiempo la mantenga, mayor será la probabilidad de obtener rentabilidades atractivas.
Sistematizar el ahorro: una solución hecha a medida para el voluble
Existe un instrumento de ahorro que encaja perfectamente con este perfil. Uno que podría ayudarle a sistematizar su manera de guardar dinero cada mes, explica Saiz, quien señala que más que un vehículo de inversión es una modalidad de cuenta corriente, que en Banco Sabadell recibe el nombre de Ahorro Sabadell.
Este tipo de cuentas pueden ofrecer varias opciones para ahorrar. Por ejemplo, que el titular autorice al banco para que retire una determinada cantidad al principio de cada mes con el fin de ahorrarla. La propia entidad asesora al cliente a partir de su historial financiero y su nivel de ingresos para determinar la suma es más adecuada y realista para alcanzar sus objetivos.
En la segunda opción, se activa el mecanismo del redondeo, de manera que cada vez que el titular realice una compra con tarjeta, el importe se aumentará hasta el siguiente euro, de forma que se ahorrarán esos céntimos. Por último, este tipo de cuenta ofrece la opción de ahorrar solo en los días de lluvia, ya que, se supone, que es cuando menos se sale y, en consecuencia, menos se gasta. Una vez establecida la cuantía y la ciudad que servirá de referencia, cada jornada con precipitaciones se tomará la suma acordada para derivarla a la cuenta de ahorro.
Bienvenido al ‘Rincón del ahorrador’
El 40% de los españoles asegura que consigue ahorrar. Pero no todos lo hacen de la misma manera. Ahorrar también es un acto íntimo que está ligado a las emociones y la personalidad de cada individuo. Así, hay quien por su forma de ser no logra llevar unas finanzas ordenadas y, por tanto, tiene dificultades para guardar capital; o quien, por el contrario, es tan disciplinado que consigue reservar para su hucha la partida deseada, pese a los vaivenes de la vida.
Con estos factores y de la mano de los expertos, identificamos patrones en la forma de ahorrar que dibujen perfiles arquetípicos. En el Rincón del ahorrador presentamos los cuatro más comunes y su relación con la inversión.
El férreo que consigue guardar dinero con disciplina marcial, pero recela de los productos de inversión; el tímido, que a duras penas reúne capital, pese a su empeño y teme perderlo todo si lo invierte; el voluble, incapaz de llevar unas finanzas ordenadas, y el optimista, que ahorra sin mucho esfuerzo y está deseoso de lanzarse a conquistar los mercados, pero quiere hacerlo bien asesorado.