Tiene miedo de parecer pretencioso y se disculpa. Pero de todos modos, habiendo estado presente en Cannes, para presentar un largometraje seleccionado en Acid (¡Linda quiere pollo! de Chiara Malta y Sébastien Laudenbach) y seis cortos, entre ellos el de Flora Anna Buda, 27, fue galardonada con la Palma de Oro en su categoría, puede enorgullecerte. Emmanuel-Alain Raynal todavía disfruta del placer de haber promovido la animación en la Croisette este año. Y a través de ella, su productora y distribuidora independiente, Miyu, especializada en animación, que creó en 2009, se ha convertido en un modelo de éxito.
Un sello que, tras Cannes, ahora toma el control del Festival de Annecy (del 11 al 18 de junio), con cinco cortometrajes y tres largometrajes, entre ellos ¡Linda quiere pollo! (estreno en cines previsto para el 18 de octubre). Pero también Anzu, gato fantasma, de los japoneses Yoko Kuno y Nobuhiro Yamashita, así como el cuento musical Ogresa, de la directora Lia Bertels y la cantautora franco-estadounidense Cécile McLorin Salvant.
Trece años que dura la historia. Miyu nació precisamente cuando el Festival de Annecy la acogió por primera vez, con el cortometraje Mamá de Kevin Manach y Ugo Bienvenu (2013). Desde entonces, la compañía ha estado allí todos los años. Ella fue ganadora de múltiples premios. En 2022, por citar solo sus largometrajes, Sauces ciegos, mujer dormida, de Pierre Földes, desmarcó la mención del jurado; el documental animado Archipiélago, del quebequense Félix Dufour-Laperrière y plétora de nortes, de Koji Yamamura, recibieron respectivamente la mención del jurado Contrechamp en 2021 y el premio Contrechamp 2022.
El catálogo, ahora muy rico, de Miyu revela una variedad inusual de formas, narrativas y plásticos. Un eclecticismo cuya coherencia aparece sin embargo sobre las obras que se le añaden, todas ellas pertinentes a un gesto artístico fuerte y comprometido, tanto estética como narrativamente. “Obviamente, siempre tratamos de resonar con el mercado, de lo contrario no es posible el financiamiento. Pero siempre teniendo cuidado de dar un paso al costado. Aquí es donde creamos la sorpresa »subraya Emmanuel-Alain Raynal cuya sociedad concentra sus pasiones, dibuja en hueco su vida.
Uniendo todas las pasiones
Esto comenzó en Niza, donde nació en diciembre de 1981 y creció hasta los 11 años. Su padre, periodista y escritor, fue llamado entonces por Antoine Gallimard para hacerse cargo de la gestión de la colección Série Noire. Su gran sueño. Dirección París donde, posteriormente, el joven Emmanuel-Alain emprende estudios de historia del arte a los que pondrá fin un drama.
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