En apariencia, es un templo evangélico como cualquier otro. En Saúde, un barrio popular en el centro de Río de Janeiro, la iglesia Caminho (“camino” en portugués) abre sus puertas a las 10:30 para el culto dominical. Unos cincuenta fieles ocupan espacio en las sillas de plástico de una sala de paredes decrépitas. Cantamos, rezamos a Dios, con los ojos cerrados y los brazos levantados al cielo, al ritmo de guitarras y percusión. Nada fuera de lo común.
Excepto que… el pastor del día no es baladí. De barba poblada, vestido con una camisa beige, éste predica sin gritar ni índice acusador. En la iglesia Caminho no hay política ni llamados urgentes a donaciones, exorcismos o promesas de milagros aberrantes. El clérigo es un erudito, que cita sus películas o poetas favoritos, aboga por “amor sin límites” de Jesús en lugar del odio de los infieles.
Bienvenido al templo de Henrique Vieira, 36 años y ya un pequeño fenómeno en Brasil. Elegido diputado federal, encarna las esperanzas de la izquierda brasileña dentro de los evangélicos, una comunidad en ascenso pero mayoritariamente conservadora, que representa un tercio de la población. Según algunos estudios, hasta el 70% de ellos habría votado a favor de la extrema derecha de Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales, en 2022.
“Creo en un reequilibrio”, insiste Henrique Vieira. Miembro del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), la funcionaria electa está a favor del laicismo, la legalización de la marihuana y la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, un tabú en Brasil. “La legislación actual le falla a la mujer, que debe realizar el aborto de una manera peligrosa ya veces mortal. Necesitamos cambiar nuestra perspectiva sobre este tema”. apoyar al pastor opuesto a todo fundamentalismo.
“Un militante contra las injusticias del mundo”
Su historial de servicio religioso es irreprochable. Nacido en Niterói, cerca de Río, nació en una familia bautista evangélica. Su madre y abuela “practicar una fe muy sencilla y muy verdadera”, y, desde los 15 años, el adolescente predicaba durante pequeños servicios de adoración. “Me sentí pleno y completo”, confía aquel cuya fe le ayuda a superar las pruebas de la vida, en particular una grave inflamación del nervio óptico que le deja casi ciego durante dos años.
Henrique Vieira sostiene la cruz y levanta el puño. En la universidad, estuvo bajo la influencia de su profesor de historia, Marcelo Freixo, futuro diputado y héroe de la izquierda carioca. “En su clase discutimos la pobreza, la violencia policial, los derechos humanos. » Sus referencias se llaman Martin Luther King pero también Dom Hélder Câmara y Frei Betto, paladines brasileños de la teología de la liberación. “El Evangelio abrió mi sensibilidad humana y social. Me hace activista contra las injusticias del mundo”, él dijo.
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