Los nuevos medicamentos para bajar de peso se llaman agonistas del receptor GLP-1. Hacen mucho de su trabajo en el cerebro, reduciendo la forma en que el hambre enfoca la atención en la búsqueda de alimento. Afecta a uno de nuestros dos tipos principales de placer, que Kent Berridge, profesor de psicología y neurociencia de la Universidad de Michigan, ha llamado «querer». El lado positivo de querer es sentirse empoderado y enfocado en conseguir lo que deseas; el lado negativo, por supuesto, es el deseo insatisfecho.
El segundo tipo de placer, que el Dr. Berridge llama “amar”, se relaciona con la satisfacción y el consuelo de haber logrado tu objetivo. Aunque aquí hay menos inconvenientes, si las personas siempre se sintieran satisfechas, probablemente les faltaría la motivación para hacer mucho. El psiquiatra Donald Klein distinguió con elocuencia los dos placeres como los «placeres de la caza» y los «placeres de la fiesta».
El Dr. Berridge y sus colegas han demostrado cómo querer y amar dependen de circuitos separados pero conectados. En su teoría de la adicción, argumenta que el deseo aumenta a medida que aumenta el consumo de drogas, mientras que el gusto se estanca o disminuye, lo que deja a las personas buscando frenéticamente algo que ya no ofrece mucha satisfacción, o incluso ninguna. Aunque anteriormente era escéptico sobre la adicción a la comida, búsqueda reciente lo convenció de que algunas personas reaccionan a la comida como otras a las drogas.
Los placeres de comer, el sexo y las drogas son diferentes. Pero el cerebro procesa muchas emociones a través del mismo circuito. Los circuitos del deseo tienden a depender del neurotransmisor dopamina, mientras que el gusto es más asociado con los opioides naturales del cerebro. Tener estas monedas comunes de emoción le permite a nuestro cerebro modular lo que queremos, en función de lo que percibe como nuestras necesidades más apremiantes.
Cuando este circuito funciona armónicamente, el deseo y el gusto se regulan una vez satisfecha una necesidad. Esta es la razón por la cual, para la mayoría de las personas, una vez que están llenos, más comida no es atractiva. «Le résultat est que le plaisir est relatif et dépend du contexte – et malheureusement, ce qui les rend heureux maintenant peut ne pas le faire plus tard, qu’il s’agisse d’une drogue, d’une nouvelle tenue ou d’ una relación.