jueves, enero 23

Daniel Noboa prioriza desafíos energéticos y de seguridad nacional en Ecuador

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció la cancelación de su participación en el Foro sobre Cambio Climático, previsto en Brasil, para centrarse en dos crisis que afectan al país: una grave crisis energética y una creciente presión política derivada de la inseguridad. Anunció la decisión a través de sus redes sociales, donde Noboa explicó que la canciller Gabriela Sommerfeld representará al país en un evento climático, con el objetivo de buscar soluciones regionales a los desafíos energéticos, mientras él permanece en Ecuador para abordar la situación junto a su equipo. .

Las dificultades energéticas han puesto al país en una situación crítica. Los cortes de energía, que pueden durar hasta diez horas al día, afectan a millones de ciudadanos y complican las actividades diarias, especialmente en regiones donde la falta de electricidad también limita el acceso al agua potable. Este problema, que se ha agravado en las últimas semanas, es principalmente resultado de una prolongada sequía que ha reducido drásticamente los niveles de agua en los ríos que abastecen a las principales centrales hidroeléctricas de Ecuador, incluida la central Paute, responsable de producir el 38% de la energía del país. A la falta de agua se sumaron problemas de mantenimiento en otras centrales eléctricas, dejando al país con un déficit energético de aproximadamente 1.100 megavatios, en un sistema que depende en un 72% de la generación hidroeléctrica.

Paralelamente, Noboa enfrenta una fuerte presión política en materia de seguridad nacional. Uno de los principales focos de tensión es el ministro del Interior, actor clave en la lucha contra los grupos criminales que propagan la violencia en Ecuador desde 2021. La oposición, encabezada por el partido Revolución Civil del expresidente Rafael Correa, acusa al ministro de abandono del deber debido a una prolongada ola de inseguridad. La Asamblea Nacional evalúa su situación política, que ha creado un clima de inseguridad dentro del gobierno.

El impacto de la violencia en Ecuador ha alcanzado niveles alarmantes. Sólo en los primeros meses de 2024, la policía registró 4.239 muertes violentas relacionadas con el crimen organizado. Aunque esta cifra supone un ligero descenso respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se notificaron 5.097 casos, la situación sigue siendo crítica. Las disputas entre bandas de narcotraficantes han desencadenado una ola de conflictos que afectan tanto a zonas urbanas como rurales, dejando a la población en un estado de vulnerabilidad constante.

En su mensaje, Noboa reconoció el difícil momento que atraviesa el país. «Ecuador enfrenta desafíos que nos han puesto a prueba como nación. «Es hora de actuar con decisión y afrontar estas crisis», afirmó el presidente, subrayando su compromiso de encontrar soluciones a los problemas más acuciantes.

Mientras tanto, el Foro sobre Cambio Climático, celebrado en São Paulo los días 22 y 23 de octubre, reúne a líderes internacionales para abordar temas como el cambio climático, la transición hacia las energías renovables y la economía global. La ausencia de Noboa en el evento refleja la prioridad que el presidente ha dado a las crisis internas, dejando la representación de Ecuador en manos de su canciller.

La situación energética también tiene implicaciones económicas y sociales. La falta de electricidad afecta a sectores clave como la industria, el comercio y la agricultura, mientras que las comunidades más vulnerables enfrentan mayores dificultades para acceder a los servicios básicos. En algunas regiones, las bombas de agua que abastecían a zonas de gran altitud dejaron de funcionar debido a cortes de energía, lo que exacerbó la escasez de agua potable y puso en peligro la salud pública.

El panorama energético de Ecuador pone de relieve la fragilidad de un sistema que depende en gran medida de las fuentes hidroeléctricas. Las autoridades han señalado que la sequía actual es una de las peores en décadas, lo que podría estar relacionado con el cambio climático. Sin embargo, también se critica la falta de previsión y la limitada diversificación de las fuentes energéticas del país. Ante este escenario, el gobierno comenzó a explorar la posibilidad de importar energía de países vecinos como Colombia y Perú, aunque estas medidas no serían suficientes para cubrir el déficit total.

Por otro lado, la inseguridad sigue siendo un tema prioritario en la agenda nacional. Los grupos criminales han consolidado su presencia en varias regiones del país, aprovechando las brechas de poder y la limitada capacidad de las fuerzas de seguridad para frenar la violencia. El gobierno llevó a cabo operativos policiales y militares para combatir el crimen organizado, pero los resultados fueron insuficientes para revertir la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.

La oposición, encabezada por el partido de Correa, aprovechó esta situación para intensificar sus críticas al gobierno de Noboa. Las acusaciones de ineficiencia y falta de liderazgo son constantes mientras el ejecutivo intenta mantener el control en un contexto de alta polarización política. La Asamblea Nacional, en la que la oposición tiene una presencia significativa, se ha convertido en un campo de batalla clave para definir el futuro del gobierno y sus principales aliados.

A pesar de la adversidad, Noboa reiteró su compromiso con el país y su visión de encontrar soluciones de largo plazo a los problemas estructurales que enfrenta Ecuador. Sin embargo, el camino no será fácil. La combinación de la crisis energética, la creciente inseguridad y las tensiones políticas internas presenta un desafío formidable para su administración.

En este contexto, el apoyo internacional podría desempeñar un papel clave. Tanto en el campo de la energía como en la lucha contra el crimen organizado, la cooperación con otros países de la región podría ayudar a mitigar los efectos de las crisis y fortalecer las capacidades del gobierno ecuatoriano. Sin embargo, la eficacia de estas alianzas dependerá en gran medida de la capacidad del país para estabilizar su situación interna y generar confianza en sus socios estratégicos.

Ecuador se encuentra en un momento decisivo donde las decisiones que se tomen en los próximos meses tendrán un impacto significativo en su futuro. La capacidad de Nobo para gestionar estas crisis será decisiva no sólo para su gobierno, sino también para la estabilidad y el bienestar de millones de ciudadanos que enfrentan las consecuencias de estos desafíos todos los días.