A los tratamientos de reproducción asistida, un negocio que mueve en España 570 millones de euros, según el Observatorio Sectorial DBK, les ha salido una nueva alternativa, hasta ahora desconocida, para tratar la infertilidad: la naprotecnología. Esta técnica aspira a identificar el problema de salud que lleva a la infertilidad de una pareja para tratarlo y facilitar la reproducción natural. Desde la asociación Naprotec, reconocen estar sobrepasados estos días por una demanda de información. “Más de 6.000 consultas desde el comienzo de la asociación”, cuantifica su presidente, Venancio Carrión. Demanda que también ha corrido como la pólvora en redes sociales. Un bum desatado a raíz del anuncio de la empresaria y socialité Tamara Falcó de que iba a seguir este método, que ya ha logrado 500 nacimientos en España.
Fue en Instagram donde María Suárez leyó de qué iba esta medicina restaurativa de la fertilidad. “Antes me había sometido a dos fecundaciones in vitro, siete transferencias embrionarias fallidas y 20.000 euros perdidos”, detalla. Abrió una cuenta que hoy suma 21.000 seguidores, “para dar visibilidad al tabú de la infertilidad y no dejaban de aumentar las recomendaciones que me hacían sobre este método natural”. Con los papeles para adoptar, acudió, como último recurso, a Fertilitas y el diagnóstico fue claro: fallo ovulatorio y obstrucción de trompas. “Seguí un tratamiento, me operaron y a los dos meses me quedé embarazada”, narra.
Con una tasa de fertilidad del 1,9%, la segunda más baja de Europa, España lidera también el ranking con mayor número de bebés nacidos (10,7%) de mujeres mayores de 40 años, según Funcas. Los facultativos coinciden en los motivos de la creciente infertilidad: estrés, hábitos no saludables, mala alimentación, edad tardía para iniciar una gestación o la contaminación. “La naprotecnología considera la infertilidad un síntoma de un problema de salud subyacente en la pareja que impide el embarazo. También examina y mide el ciclo de la mujer”, apunta Tania Errasti, especialista en naprotecnología en el departamento de ginecología y obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra.
Esta novedosa técnica señala otros motivos causantes de infertilidad, como endometriosis, ovario poliquístico, desarreglos hormonales o problemas de trompas que, a menudo, se combinan con posibles intolerancias o celiaquía (sobre todo en varones). “Son patologías que ya no se diagnostican ni tratan porque exigen tiempo, especialistas que escasean, lo mismo que ginecólogos cirujanos expertos en este tipo de microcirugías”, apunta Álvaro Ortega, director general de Fertilitas.
En los tres primeros años de funcionamiento ha logrado 246 embarazos. Su coste parte de una cuota inicial de 2.200 euros hasta los primeros seis meses y otra de 145 euros los siguientes “hasta dar con el origen de la infertilidad, sanar, si es posible, la patología y establecer tratamiento”, explica Ortega. Algo que requiere un tiempo medio de un año y medio, aunque puede prolongarse hasta cinco años. A la naprotecnología acuden mujeres que buscan respuestas a su infertilidad, de las que el 40% ronda los 40 años.
En la Clínica Universidad de Navarra reconocen que la naprotecnología “es más económica que la reproducción asistida, pero también exige una perseverancia mayor y probablemente mayor tiempo hasta que se consigue”, advierte Luis Chiva, director del departamento de ginecología y obstetricia. Un tiempo que Manuel Muñoz, director del IVI Alicante, empresa líder mundial en reproducción asistida con 250.000 bebés nacidos, califica de “precioso” y corre en su contra en mujeres mayores de 40 años “que pueden asegurarse mayor y más rápido éxito con otro tipo de técnicas”.
Es tiempo precioso se les escapa a Macarena Gómez y Francis Ramírez, que llevan seis años intentándolo. “Hasta el momento hemos conseguido sanar la mayor parte de nuestras dolencias y aunque nuestra salud es mucho mejor, aún no hemos logrado concebir. No perdemos la esperanza”.
Además, esta nueva técnica precisa de una hoja de ruta extensa: curso junto a una monitora (entre dos y tres meses) de aprendizaje para reconocimiento de la fertilidad, según el modelo Creighton (300 euros). Un segundo periodo (2-3 ciclos) para exploraciones y evaluaciones cuyo precio oscila de 1.000 a 1.300 euros. En caso de intervención, el precio se encarece. “Instaurado el tratamiento, se dan seis meses para conseguir el embarazo”, apunta Errasti. Este centro ha tratado a más de 1.000 parejas, en los últimos cinco años, con más de un 40% de embarazos. Una cifra que disminuye al 19,3% en mujeres por encima de los 40 años y se eleva al 43,8% en la media de los 35 años.
Presión ovárica
“Entre los problemas de salud que encontramos y que impiden la fertilidad, sobresale, con mucha más frecuencia de lo esperado, la endometriosis”, narra Errasti. Es el caso de la psiquiatra Nuria Ferrer Chinchilla: “No conseguía embarazo por las técnicas de reproducción asistida y aumentaba la presión para contratar reserva ovárica. Tras un año de tratamiento napro, dieron con endometriosis, ovario poliquístico e intolerancia a la lactosa de mi pareja. Una vez solucionado, me quedé embarazada a los tres meses”.
La foto de esta técnica, como alternativa a la reproducción asistida, la completan junto a Fertilitas y la Clínica Universidad de Navarra, otros dos centros, así como 25 facultativos formados, algunos con consultas privadas. “Uno de sus logros es la baja tasa de abortos, un 20%”, apunta Vicente Carrión. Él mismo y su pareja, después de tres inseminaciones sin éxito, acudieron a este método, del que nació su primer hijo. “Hay 2.000 casos en estudio, a la espera de dar con un diagnóstico. La napro es una carrera de fondo”, concluye el presidente de Naprotec.
Turismo reproductivo
España lidera en Europa el negocio del turismo reproductivo. Más de 13.000 mujeres se sometieron en el año 2020 a tratamientos de fertilidad, según cifras de la Sociedad Española de Fertilidad, SEF. Entre clínicas, hoteles y agencias de viaje, este negocio factura casi 700 millones, según el Comité de Ética de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva de Birmingham.
Las investigaciones para mejorar los tratamientos de reproducción asistida los posicionan entre los mejores del mundo. Es el caso del estudio sobre rejuvenecimiento ovárico realizado en el Hospital de la Fe, en Valencia. “Tratando a mujeres con cáncer en edad reproductiva se ha dado con el hallazgo de que, tras un trasplante de médula ósea, recuperaban su reserva ovárica”, explica Manuel Muñoz, director del IVI Alicante.
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